


En las tardes de los sábados acostumbro a aderezar los momentos de descanso con la escucha de varios programas de Radio 3 –justa vencedora, aunque sin los debidos honores, de mil y una batallas. Justo en la sobremesa, mientras la tormenta nos obsequia con otro de sus poderosos arreones, llego sobre la campana al último tramo de “La Madeja”: firmemente decididos a no remar a contracorriente en día tan señalado, han optado por tejer su programa en torno al recuerdo de John Lennon. Por lo visto, he tenido suerte, puesto que para los momentos finales de la emisión han quedado dos canciones de su carrera en solitario que me gustan en especial: “(Just Like) Starting Over” y “Watching The Wheels”. Ambas formaban parte del álbum de 1980 “Double Fantasy”, último publicado en vida del ex-beatle. Fue precisamente sobre un ejemplar de este disco sobre el que le estampó Lennon su firma a Mark David Chapman la tarde del fatídico 8 de diciembre de 1980. Acierto a oír los dos temas prácticamente en un plácido duermevela. Quizá debido a la clarividencia que caracteriza el tránsito, de la mano del sueño, desde la consciencia hasta los insondables arcanos de lo irracional, creo entenderlo todo bien, demasiado bien. La música popular (llámesela como se quiera -pop, rock, blues, soul, country-, da lo mismo) es como la montaña de Sísifo: unos antes y otros después, los artistas que pueblan el teatro de nuestros sueños van abriendo con sus canciones nuevas rutas de ascenso hacia la preciada cima, para, como le sucede al personaje eternamente condenado por los dioses en el mito, acabar retornando siempre a la base de la montaña arrastrados por la caída de la obstinada piedra, y desde allí empezar de nuevo, como dice el título de la canción de Lennon (“Starting Over”). Creo sinceramente que ésta es la verdadera esencia del músico popular: tratar de alcanzar la cumbre pertrechado con el bagaje y la experiencia de los que ya lo intentaron antes y ahora descansan merecidamente en el confortable lecho de la montaña. En la voz del Lennon de “Starting Over” y “Watching The Wheels”, a pesar de que el sueño empieza a someterme, puedo reconocer con nitidez la de Elvis Presley, la de Buddy Holly, la de Fats Domino, la de Sam Cooke, la de Jackie Wilson, la de John Fogerty, la de Bob Dylan, la de Neil Young: reviviendo la canción de Lennon en mi fantasía onírica (“I'm just sitting here watching the wheels go round and round”), sentado sobre la gran piedra mítica, los veo a todos como si fuesen grandes ruedas rodando pesadamente ladera arriba de la montaña, iniciando cada uno su giro justo en el punto donde acaba el de su predecesor, para en atemporal y acompasada procesión musical, volver a caer y terminar por ingresar en la comunidad cada vez más numerosa que mora en las primeras estribaciones del inalcanzable promontorio y que instruirá pacientemente al neófito en la arriesgada ascensión al Olimpo musical.
John Lennon: (Just Like) Starting Over
John Lennon: Watching The Wheels
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